En la actualidad, el trabajo en equipo es la forma de funcionamiento más extendida y habitual entre la gran mayoría de las empresas y organizaciones. Se trata de una práctica que aumenta la productividad y el rendimiento del proyecto, incrementa la calidad del trabajo –puesto que aprovecha la diversidad de talentos de cada miembro del equipo–, incentiva la creatividad, e impulsa la comunicación, entre otras ventajas.
Sin embargo, en un entorno profesional donde el resultado del trabajo ya no depende tanto del individuo, sino más bien de la buena colaboración entre personas, es esencial cuidar e incentivar la relación entre compañeros. Por ello, ha aparecido una nueva disciplina de coaching centrada en acompañar al grupo: el denominado coaching de equipos.
Esta modalidad de coaching empresarial consiste en un proceso de acompañamiento a un equipo en la consecución de sus objetivos y, durante el cual, el coach ayuda a las distintas personas del grupo a tomar conciencia de sus puntos fuertes, habilidades, debilidades… con la finalidad de mejorar la confianza, el compromiso y las sinergias entre todos los componentes, y aumentar así su productividad.
Se trata de un proceso de autoaprendizaje en el que el coach, dentro del marco de una conversación, acompaña a los integrantes del grupo a cambiar todo aquello que pueda estar limitando su desarrollo profesional, ya sea como individuo o colectivo.
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Entre los distintos aspectos que en Kleinson abordamos con nuestros clientes al trabajar con esta disciplina, se encuentran:
Como todo proceso de acompañamiento, en este coaching orientado al trabajo en grupo se pueden diferenciar seis fases o etapas, que en Kleinson abordamos de la siguiente manera:
En esta fase se define qué es lo que se quiere conseguir con este acompañamiento y por qué; es decir, cuáles son los objetivos del aprendizaje que se pretenden alcanzar, así como la situación de partida actual. Las metas establecidas variarán en función de la empresa, ya que alguna organización necesitará potenciar la comunicación, otras mejorar el rendimiento…
Es fundamental que el contexto actual, así como los objetivos que se quieren alcanzar como equipo, queden bien definidos e interiorizados para todos los implicados en el proceso.
Una vez definido cuál es el contexto inicial sobre el que se va a trabajar, es el momento de establecer el marco y las líneas que deberán cumplir y seguir todos los integrantes del equipo a lo largo del proceso de coaching.
Para garantizar una correcta ejecución, en Kleinson contemplamos los siguientes parámetros:
Es necesario determinar con objetividad cuáles son las causas o motivos que han hecho desembocar en la situación actual y que impiden avanzar al equipo hacia los objetivos establecidos.
En función de los objetivos establecidos, configuramos un plan de acción individualizado, es decir, una secuenciación de acciones con objetivos intermedios y enfoques de actuación que supondrán el camino a seguir para el logro del objetivo final. Dado que el coach acompaña al equipo día a día, dicho plan de acción se revisará y ajustará en función de la evolución experimentada.
En Kleinson utilizamos el modelo GROW, que facilita un esquema lógico para traducir los objetivos establecidos en planes de acción concretos de la siguiente manera:
Para asegurarnos de que el acompañamiento va siguiendo su transcurso, en la mitad del proceso realizamos una comprobación con el fin de contrastar la correcta transferencia de las habilidades entrenadas al entorno de trabajo.
En este seguimiento, el coach traslada la percepción de los integrantes sobre su grado de evolución y la suya propia con las referencias del responsable inmediato.
No hay forma de saber si algo se está haciendo correcto si no se mide. Por tanto, en esta última fase, evaluamos el grado de cumplimiento respecto a los objetivos establecidos, así como las razones por las que se han logrado dichos resultados y, finalmente, posibles nuevos retos en estas u otras habilidades. También medimos la satisfacción del equipo con respecto a los resultados alcanzados.
Gracias a la alineación de los objetivos y los valores individuales con los grupales, así como su la revisión día a día, los beneficios de este acompañamiento de equipos se pueden apreciar en un periodo corto de tiempo. Los más destacados entre nuestros clientes son los siguientes:
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