«Regla del 150» en RRHH: convertir multinacionales en pymes

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La regla de 150 es una teoría acuñada por Jeremy Kourdi, autor de ‘100 grandes ideas de negocio de compañías líderes alrededor del mundo’,  según la cual los seres humanos pueden trabajar en grandes grupos y alcanzar los objetivos de forma informal siempre y cuando el número de participantes sea inferior a 150. A partir de ese número  se complican las jerarquías, y serían necesarias normas y medidas formales

Ejemplo Kourdi

Kourdi ilustra su teoría poniendo como ejemplo la empresa estadounidense Gore Associates la cual  limita la plantilla de cada uno de sus centros de trabajo por debajo de los 150 empleados.

Esta organización del trabajo hace hincapié en los beneficios de una gestión colectiva, como son comunicación, iniciativa y flexibilidad, y permite a un gran negocio con miles de empleados mantener la actitud de una pequeña empresa

¿Probarían las actuales multinacionales este modelo de organización? ¿Crees que puede ser beneficioso?

Preguntas frecuentes sobre la “Regla del 150” en RRHH

¿Qué es exactamente la “Regla del 150”?
Es una teoría del autor Jeremy Kourdi que afirma que un grupo humano puede funcionar de forma informal y eficiente siempre que no supere los 150 miembros, porque más allá de ese número se requieren estructuras jerárquicas formales.
Aplicar esta regla permite que las grandes organizaciones mantengan dinámicas propias de una pyme: mejor comunicación, más iniciativa de los empleados y mayor flexibilidad, incluso cuando la empresa es muy grande.
Kourdi cita a Gore Associates: esta empresa limita sus centros de trabajo a menos de 150 empleados para conservar una cultura muy participativa y descentralizada.
Entre los beneficios están una gestión más colectiva, menos burocracia, equipos más cohesionados y una sensación de cercanía y responsabilidad compartida que favorece la creatividad y la motivación.
Algunas dificultades pueden ser la coordinación entre múltiples “sub-pymes” dentro de la empresa, mantener coherencia estratégica, gestionar duplicidades de funciones o asegurar que cada unidad mantenga su autonomía sin perder conexiones globales.
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