El reto de aprender nuevos idiomas

Un propósito de año nuevo que sí podemos cumplir

Dejar de fumar, comer más verduras, hacer más ejercicio o intentar dedicar más tiempo a la familia… Nuestra lista de propósitos de año nuevo es siempre una optimista lista de buenas intenciones que muy pocas veces logramos cumplir. Los 365 días que le siguen al momento en el que nos los planteamos parecen no ser suficientes y cuando llega el siguiente 31 de diciembre terminamos haciendo una lista muy parecida a la anterior.

Pero, ¿por qué nos cuesta tanto cumplir estos propósitos de año nuevo? El psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire, decidió hacer un estudio para averiguarlo. Según su investigación, de entre 700 personas que se plantearon propósitos de año nuevo, únicamente 12 % los cumplió. Y los que lo consiguieron, según Wiseman, contaban con un arma infalible: una meta clara y alcanzable.

Para el psicólogo, la principal diferencia entre aquellos que lograron alcanzar sus objetivos y los que no residió en su capacidad para enfocar sus metas. Es decir, no se trataba tanto de una cuestión de compromiso, sino de dónde enfocaban su atención. De hecho, el estudio reveló que los individuos lograban más cuando  se les señalaba cuánto progreso ya habían hecho hacia la materialización de su meta.

Hay propósitos para los que no resulta tan fácil aplicar estos métodos: los resultados no son ni mucho menos inmediatos y palpables, lo que nos ayuda a tirar la toalla antes de tiempo. Sin embargo, hay un propósito de año nuevo que resulta casi perfecto para poner a prueba esta teoría: el clásico “aprender idiomas”.

Mejorar nuestro nivel de inglés o empezar a formarse en un nuevo idioma puede convertirse en uno de esos raros propósitos de año nuevo que sí logramos cumplir. Si aplicamos una buena metodología de aprendizaje, podemos plantearnos metas muy claras y palpables, de tal forma que a medida que pasan las semanas y los meses, los resultados nos animan a continuar el camino.

Se trata precisamente del tipo de progreso que persiguen metodologías como el Coaching de Idiomas, diseñada por Kleinson. Este método de formación se centra precisamente en el establecimiento de objetivos, la creación de un camino a seguir para alcanzarlos que consista en pequeñas metas a superar, y en una visión clara y constante del progreso que incite la motivación y el afán de superación.

Así, “aprender idiomas” puede convertirse en ese propósito de año nuevo que sí podemos cumplir. Tan solo nos hacen falta las ganas, los métodos adecuados y 365 días sin perder la vista de nuestros objetivos.

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