Causa o excusa
Encendemos el ordenador, o nos ponemos frente a nuestro puesto de trabajo y empieza el día…es el momento en el que comienzan a ponerse en marcha muchos de los factores que devoran nuestro tiempo: e-mails (en muchos casos el e-mail en copia que se ha convertido en un ente en sí mismo porque hay quienes se dedican a aparentar que hacen algo y mandan correos con copia a propios y extraños), las llamadas al móvil, que no sólo te quitan tiempo, si no que hacen que pierdas el hilo de lo que estabas haciendo, internet y las redes sociales, que pueden ser un gran pasatiempo que hace que te pierdas y no seas consciente del tiempo que estás perdiendo…Además están las reuniones, los compañeros que piden nuestra ayuda o consejo, la repetición de tareas porque el responsable no sabe establecerlas desde el comienzo correctamente…
Pero… ¿se trata de factores externos, que no dependen de nosotros o son excusas que se ha inventado alguien para evitar responsabilidades? Quizás se trate de una mera cuestión de organización y planificación de nuestro tiempo para ser más productivos. Si somos conscientes de aquello que nos distrae, y sabemos cuáles son nuestras funciones, y de cuánto tiempo se compone nuestra jornada laboral, ¿no sería más sencillo establecernos un tiempo para cada cosa?
En la mayoría de los casos, está demostrado, que dedicar tiempo a descansar la mente, o realizar otro tipo de tareas o entretenimientos, puede reportarnos un descanso y relax necesario para ser mucho más productivos. Los llamemos como los llamemos, todos nos vemos afectados por estos ladrones de tiempo, y lo más importante en este caso es detectarlos para poder combatirlos y hacer frente a una jornada de trabajo efectiva. Descubrir qué es lo que te hace perder el tiempo a lo largo del día no debe ser misión imposible pero, de ser así, no hay nada como hablar con el jefe o responsable de equipo para que nos oriente y ayude a reconocerlos.
La solución más inmediata, una vez hemos identificado cuales son estos ladrones de tiempo, es planificar, organizar, controlar y priorizar nuestras tareas. En realidad, lidiar con estos “entretenimientos” es algo que depende en mayor medida de uno mismo, y no tanto de los culpables de generarnos esta situación.
Con orden y planificación podremos luchar contra esta falta de eficiencia. De esta forma priorizaremos tareas y reservaremos el tiempo que necesitemos para distribuirlo entre aquellos que nos lo pidan de forma que no interrumpamos una actividad importante.